miércoles, 27 de septiembre de 2017

Michael Andrews



 Norwich, 1928-Londres, 1995

Michael Andrews ocupa un importante lugar entre los artistas británicos posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Su obra, de factura minuciosa y lenta, ha sido vinculada a la Escuela de Londres, que aglutinó a un grupo heterogéneo de artistas que compartían un interés por la representación de la figura humana y un rechazo tajante de la tradición naturalista académica.


 De educación metodista estricta, Andrews estudió en la Slade School of Art de Londres en 1947 y, de nuevo tras cumplir el servicio militar, entre 1949 y 1953. Allí fue discípulo de William Coldstream, artista realista vinculado a la Euston Road School, que le instruyó en la importancia de copiar del natural, y recibió clases de Lucian Freud. Desde sus primeros pasos como pintor, sus obras se caracterizaron por la preocupación por llegar al virtuosismo técnico y la representación de los estados de ánimo y las diferentes formas de comportamiento. 
 A las pinturas de escenas familiares de la década de 1950 siguió la representación de fiestas de los años sesenta en las que, junto a sus amigos, incorporaba imágenes procedentes de los medios de comunicación, la moda o el mundo del cine o la música pop. En 1959 comenzó su actividad docente en la Norwich School of Art que después continuó en la Chelsea School of Art y la Slade School of Art. 
Resultat d'imatges de michael andrewsEn 1966 firmó un contrato con la Marlborough Gallery, algo que ya habían hecho previamente Francis Bacon y Lucian Freud y desde entonces se dedicó únicamente a la pintura y comenzó los estudios para su serie Luces. En esta serie experimentó con la pintura acrílica y con el uso de la pistola, con las que conseguía superficies en las que no intervenía la mano del artista, en las que la luz adquiría una relevancia trascendente. La exploración de la naturaleza como experiencia liberadora fue en aumento en las pinturas y acuarelas realizadas durante su viaje a Australia y sus numerosas visitas a Escocia y continuó como constante hasta el final de sus días.

 Museo Thyssen-Bornemisza
 

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