sábado, 14 de enero de 2017

Vigo - Arquitectura Perdida



  En este vídeo vemos "EL VIGO QUE SE PERDIO". Solo nos queda llorar por la ciudad que ya no se puede recuperar pero ojalá creara una cierta conciencia ciudadana!


Este escenario puede ser un anticipo de lo que veremos en algunas zonas de nuestro país si no controlamos la desenfrenada planificación urbanística, en las costas y también en los aledaños de las grandes urbes. Las futuras generaciones no se merecen esta herencia. La tierra que nos han legado nuestros antecesores no es nuestra, pertenece a los que nos sucedan.


El derecho de propiedad no es ilimitado. El uso arrogante, insolidario y brutal de este derecho es contrario al orden constitucional que destaca su función social, por encima de los intereses especulativos. Si en algún aspecto la propiedad del suelo alcanza su máxima dimensión social y constitucional es cuando se destina a la construcción de viviendas.


 Ha llegado el momento de que el Estado de Derecho se tome en serio el problema y ataje las consecuencias catastróficas que conllevan políticas urbanísticas impulsadas por la mera especulación y reparto de beneficios.


 No es fácil explicar a los ciudadanos por qué las leyes no se cumplen y por qué el sistema judicial no responde. Hemos sido capaces de generar variadas leyes del agua y del suelo, estéticamente perfectas, pero ineficaces. Se ha integrado su regulación en el conjunto que forman los espacios en los que las personas tienen necesariamente que desarrollar sus actividades vitales en condiciones que les permitan sentirse, al mismo tiempo, ciudadanos y seres humanos. Se puede afirmar, sin exageración alguna, que estamos fracasando estrepitosamente en la salvaguarda del desarrollo sostenible.



Este presente y un prometedor futuro no pueden quedar en manos de especuladores legitimados bajo la cobertura legal de "agentes urbanísticos" que utilizan una ley, que no resiste al más mínimo análisis racional, para actuar como auténticos cuatreros, chantajeando a ciudadanos españoles y europeos que habían diseñado de forma armónica, en la mayoría de los casos, su lugar de descanso.


Una nueva especie de depredadores, con el consentimiento y el empuje de los responsables de algunos municipios y, por qué no admitirlo, de irracionales conciudadanos, ha iniciado una operación devastadora que sólo tiene como objetivo el dinero fácil y rápido que se reparte desigualmente entre entidades públicas y sociedades privadas.


 (esta foto era de "antes de abrir Vigo al mar)
 
Con arrogancia infinita y prepotencia, legalmente avalada, presentan planes urbanísticos faraónicos con el sólo material de los papeles que los sustentan y la esperanza de un lucrativo incremento de sus patrimonios a costa de los espacios de convivencia. Algunos municipios se prestan a sus planes y, lo que es peor, deciden convencer a sus representados, ofreciéndoles el proyecto como un maná creador de innumerables puestos de trabajo y beneficios sin fin. 


El municipio promete a sus vecinos que con el dinero recaudado se mejorarán los servicios. El dinero normalmente se gasta en la pompa y ostentación. La educación, sanidad y vivienda es tarea que se reclama de las autoridades autonómicas o estatales.


 No comprendo cómo se ha llegado a este estado de cosas sin que las autoridades hayan tomado medidas drásticas para abordar el problema. Afortunadamente el Parlamento Europeo, donde se sientan los representantes de muchos ciudadanos afectados por esta vorágine, ha escuchado sus quejas. Desde la distancia y la objetividad que les otorga su posición, han llegado a la conclusión, técnicamente irrebatible, de que en nuestro país el salvajismo urbanístico ha alcanzado cotas peligrosas que exigen urgentes correcciones...

 Esto forma parte de las declaraciones de José Antonio Martín Pallín magistrado del Tribunal Supremo. Publicadas en el PAIS en 2006

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