domingo, 25 de septiembre de 2011

Jorge Castillo y sus circunstancias




Intento recordar, pero soy muy mala para las fechas...Seguro que era a finales de la década de 1980 o principios de 1990, cuando hice un viaje por Estados Unidos y Canadá. No sé si siempre tengo yo el morro torcido cuando pienso en USA o porque ya lo tenemos demasiado visto en las películas NUEVA YORK no me impresionó, me refiero a la ciudad en sí, pero tengo que reconocer que sus habitantes si que me resultaron peculiares. Era el momento en que los españoles ibamos en plan muy chulo y empezaron a llamarnos "los give me two"- NUEVOS RICOS descubriendo que en el PRIMER MUNDO había mucha miseria. Las mujeres iban a todas partes en zapatillas, los zapatos de tacón metidos en una bolsa. Alli ya los empleados de comercios y oficinas se agolpaban en las puertas fumando su cigarrillo de las once. Una serie de tiendas pequeñas y con el mismo aspecto de las películas de los años 40 hacían servicios como lavado y planchado de camisas en el mismo día. Otros pequeños comercios con aspecto similar te ofrecían "revelado de fotografías en 24 horas"- Yo dejé alli mis fotos y ni en 24 ni en 48 horas- menos mal que cumplieron y me las enviaron por correo. Los contrastes, aquel Broadway lleno de glamour a la entrada de los espectáculos mientras aquellos pobres "sin hogar" dormitaban en la calle agarrados a la botella, eso si "cubierta con una bolsa de papel"- (pura hipocresía americana). Me encantó pasear por Little Italy comiendo costilla de cerdo con la grasa resbalandome por las manos, comprar un perrito caliente a un individuo que llevaba un carrito y me recordaba mucho a IGNATIUS REILLY y ver un policía bailando ante el caos que se le había armado delante de él en un cruce. Y vi muchas galerías de arte, supongo que todo ciudadano americano puede tener un MIRÓ, juzgando por la cantidad de "grabados" que vi. Y conocí a galeristas como LEO CASTELLI. Nos habló en italiano chapurreado con español, me dio la impresión de un ser "ya de vuelta", un descreido, incluso del mundo del arte, en aquel momento. Una persona muy interesante.
A mi "compañero del alma" de entonces le encantaba Jorge Castillo. Había comprado dos cuadros suyos en Barcelona procedentes de una galería belga, donde el pintor había vivido. JORGE CASTILLO, pintor nacido en Galicia pero que fue llevado a Argentina siendo muy niño, vívía en Nueva York, tenía un gran estudio en el Soho y la Marlborough lo había fichado como pintor de la galería. Quedamos de vernos en el estudio y le pregunté por el precio de un cuadro que me gustaba. Sacó un metro, midió la tela, yo seguía sus pasos asombrada, esperando que sacara una báscula y lo pesara como hacen cuando vamos a comprar toallas a Portugal, me dio el precio, pero aparte de no tener dinero, la líbido ya se me había bajado. Nos invitó a comer en el Village, es una persona muy agradable y educada pero en mi cabeza retumbaba una idea "aqui no hay sitio para el romanticismo..." Ya me explicaron despues, que lo "de medir" alli lo hace todo el mundo y lo del arte no deja de ser una transación comercial.
¿Y que paso con Jorge Castillo? Laxeiro lo apreciaba y respetaba mucho. Me contó como una vez, en Buenos Aires se le acercó Jorge y le pidió consejo y Laxeiro le dijo: " A ti no tengo nada que enseñarte". Pertenecía a la MALBOROUGH, lo que da mucho prestigio. Yo veía sus obras en ARCO y seguía su trayectoria, siempre buena.

JORGE CASTILLO es uno de los mejores pintores del siglo XX, eso creo. Podría decir aqui una tontería facil como que "se le fue la cabeza"- y algo de razón tendría... ¿Abandonó la Malborough?
Se separó y se vino a vivir en Madrid y vi sus cuadros en exposiciones cutres. La imagen es algo muy importante. Recuerdo las palabras de Laxeiro "Cando eu non estea, non deixedes de coidar a miña obra"
Cuento todo esto, pero no me canso de ver su obra, es UN GRAN PINTOR
En fin, la vida es la vida, pero reitero que pese a todo LA OBRA DE JORGE CASTILLO, ahí está y es lo que cuenta